En el marco del abordaje territorial que lleva adelante la Secretaría de Políticas del Cuidado en toda la provincia, se intensifican los esfuerzos para mejorar el bienestar emocional de los niños mediante la entrega de cajas de calma.
El objetivo de esta iniciativa es fomentar espacios donde se trabaje la educación emocional en los niños, ya que la correcta regulación de las emociones influye directamente en la salud, el bienestar, la capacidad de aprendizaje y las relaciones interpersonales.
En línea con este propósito, se está dotando a los espacios de primera infancia con una caja que contiene recursos destinados a crear un rincón de calma. Este rincón busca contribuir a la estabilidad emocional de los niños que asisten diariamente. Está prevista la distribución de más de 30 cajas en distintos espacios de cuidado a lo largo de la provincia.
Este rincón de calma es un espacio donde los niños pueden acudir cuando se sienten sobrepasados por las emociones, permitiéndoles recuperar la tranquilidad y el equilibrio interior. Además, ofrece un entorno de seguridad y aceptación, donde cada vez que recurran a este recurso, se sentirán a salvo y comprendidos. A través de esta iniciativa, se busca promover la autocompasión, el respeto por uno mismo y el reconocimiento de las emociones.
La educación emocional no es una moda
«Lejos de ser una moda, la educación emocional, es una práctica fundamentada y científica que, aplicada de forma sistemática y sustentable, permite que nuestros alumnos desarrollen competencias emocionales fundamentales para la vida. Esto no implica que los docentes tengamos que hacer terapia con nuestros alumnos, todo lo contrario, la educación emocional es una estrategia educativa de promoción de la salud, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y acercarnos al bienestar», supo escribir la Licenciada en Psicología Lucía Franchi, en un artículo titulado «CONECTARSE: A mucho más que un click de distancia«.
«Para estar conectado con el aprendizaje, el alumno necesita reconocer aquello que siente, explorar entre las más de 500 palabras de emociones para nombrarla y poder expresarla. Por lo tanto, necesita entrenar su conciencia emocional, identificar cómo se siente le permitirá conocer cómo se sienten los otros. No se trata de ‘estar bien para aprender’, se trata de comprender para aprehender que todas las emociones son funcionales para la vida, incluida las displacenteras. Esta competencia, es la llave de acceso para lograr la capacidad de regular y gestionar aquellas que nos puedan generar malestar y autogenerar emociones placenteras, tan necesarias en este contexto. ¿Y esto se puede hacer en el aula? ¡Sí! Mientras doy matemáticas, historia, lengua, arte, etc», escribió.
De allí que la iniciativa de cajas de calma -que lleva adelante la Secretaría de Políticas del Cuidado- es de gran importancia para promover la autocompasión, el respeto por uno mismo y el reconocimiento de las emociones.